El garabateo y sus categorías

Garabateo:

Este período se prolonga desde los 18 meses hasta los 4 años aproximadamente, todo depende de la madurez personal de cada niño/a.

Etapas del garabato

Para Lowenfeld (1961), la etapa del garabateo se subdivide en tres categorías, las cuales son: Garabateo sin 
control o desordenado, Garabateo controlado y Garabateo con nombre. 


1. Garabateo sin control o desordenado
Al comienzo de eta etapa, el interés es solo motriz, el niño encuentra placer en la acción cuando deja su huella sobre cualquier superficie, pero no tiene ningún tipo de meta u objetivo en la ejecución de éstos. En todo momento es el ojo el que sigue la mano.

Características:
Los garabatos tienen su origen motriz en los movimientos de rotación del brazo partiendo de las articulaciones del hombro y del codo y, posteriormente de la muñeca. 
Esta fase se caracteriza por la liberación del movimiento que permite al niño/a disfrutar de su propio ritmo biológico y de ver los movimientos de los trazados como primer paso hacia las relaciones viso-motora que se van a establecer en la siguiente categoría.

Gutiérrez Pérez, Rosario; Martínez García, Luisa María (2002).
Las artes plásticas y su función en la escuela. 
Editorial Aljibe

2. Garabateo controlado

Entre los 2 y 3 años se puede decir que el niño/a reconoce su gesto reflejado gráficamente y comienza el control visual sobre todo lo que realiza es el ojo el que conduce la mano. El niño/a descubre que puede incidir en sus trazos y modificarlo.

Con este descubrimiento de la relación entre trazo y movimiento se inicia la exploración y conquista del espacio gráfico.
El niño/a ha evolucionado hasta esta etapa  gracias a que es capaz de controlar la velocidad, controlar los movimientos y la madurez sensorio- motriz.
Estos factores permiten que el niño sea capaz de:
- Fragmentar el trazo.
- Modular el trazo.

En esta etapa el niño es capaz de elegir un punto de partida y dirigir la manos hacia un trazado anterior y cortarlo, realizar paralelas o hacerla convenger. A esto de le denomina "trazados de control simple".
En el control correlacional, el niño/a busca relaciones formales entre segmentos (centralidad, ortogononalidad, etc). En esta etapa el niño/a aún no es capaz de cerrar voluntariamente una forma.



Gutiérrez Pérez, Rosario; Martínez García, Luisa María (2002).Las artes plásticas y su función en la escuela. Editorial Aljibe


El niño/a puede que relacione verbalmente algunos de los garabatos con alguien o algo, estableciéndose así una relación entre la imagen y la palabra que lo nombra. hay que tener en cuenta que el niño/a adjudicará un nombre a su grafía una vez la ha terminado.


3. Garabateo con nombre. 
Entre lo 3 y 4 años el entrenamiento visual y la motricidad manual se vuelven cada vez más finas. El niño/a pasa de dibujar por el placer de la acción al pensamiento imaginativo, dibuja con una intención previa.
En esta etapa el niño/a consigue cerrar la primeras unidades formales.
Esta etapa se caracteriza por la creación de los primeros monogramas básicos con lo que se inicia el proceso de diferenciación de la forma que se desarrollará y perfeccionará en las etapas siguientes.
Se puede distinguir entre ocho unidades diferentes por orden probable de aparición entre los 3 y 6 años.
- Cerrados: El óvalo, las formas irregulares, el cuadrado, el triángulo y el trapecio.
- Abiertos: Las lineas paralelas, la cruz griega y la cuz en aspas.
Solo los tres primeros de entre los cerrados llegan a diferenciarse en esta etapa.
Junto a esta adquisición, otra de las características más relevantes es la capacidad de poner combinar las diferentes formas, entre las que se encuentran; los contenedores (monogramas cerradas que reccogen en su interior otros monogramas y arabescos); los Mandalas (contenedores con un orden interoceptivo basado en el equilibrio de dos o más monogramas); los soles (estructuras formadas por monogramas ovales o rectangulares cortados en su perímetro por trazos longitudinales que no se cruzan en su interior.


Gutiérrez Pérez, Rosario; Martínez García, Luisa María (2002).
Las artes plásticas y su función en la escuela. 
Editorial Aljibe


El niño/a evoluciona de los mandalas a los soles y de éstos a la figura humana.



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